Cerro Tute - Santa Fé

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Mujer admirando la vista del lejano Cerro Tute.

SENDERISMO SANTA FÉ - CERRO TUTE


TIEMPO DE SENDERISMO - 2 h

DISTANCIA - 10 km

DIFERENCIA DE ALTITUD - + 1.000 m

DIFICULTAD - difícil

PUNTO DE INICIO - Café Dorado


Cerro Tute - Santa Fé la caminata más dura de nuestro viaje por Centroamérica, que nos llevó a nuestros límites, pero mereció la pena todo el esfuerzo. Con un total de 1.000 metros de altitud en unas 2 horas, esta aventura fue realmente increíble. A primera vista, no parece tan malo, pero no se pueden ignorar las altas temperaturas y la humedad. A eso hay que añadir las subidas por tramos, en las que parecía que avanzabas un metro y subías otro.

Salimos temprano por la mañana del centro de Santa Fé en dirección a Cerro Tute. Antes de empezar, el personal del albergue nos aconsejó que lleváramos un bastón. No por la caminata en sí, sino por los perros. En algunas casas del camino, se dice que los animales reaccionan de forma bastante agresiva ante los excursionistas. Aunque tengas que reaccionar según la situación, al menos tienes algo en la mano. Dicho y hecho, así que en los primeros metros cada uno buscó un palo adecuado para los obstáculos que tenía por delante.

Para llegar al punto de partida de la excursión, hay que seguir la carretera principal desde el centro del pueblo en dirección sur. Llegará a un cruce. Un camino se bifurca a la derecha, unos metros más adelante un camino lleva a la izquierda, pasado el "Café Dorado" y enfrente hay un estrecho camino de tierra que lleva entre casas. Siga este camino, ya que es el inicio de la excursión. El camino está parcialmente embarrado al principio y hay que cruzar pequeños arroyos. Sin embargo, hay escalones para cruzarlos, por lo que con un poco de equilibrio se puede llegar seco sobre el agua. 

Después de eso, ¡es cuesta arriba! Todo el tiempo. Hay varias subidas empinadas que se suceden directamente e inevitablemente suben el pulso. Tuvimos que hacer varios descansos para recuperar el aliento, sobre todo al principio. Los 1.000 metros de desnivel en poco menos de 2 horas lo dicen todo sobre esta excursión. Sólo hay que seguir el camino hasta llegar al cruce 1, donde hay unas cuantas casas con una carretera asfaltada. Siga por ella hacia la derecha y continúe cuesta arriba. Al cabo de un rato llegarás a la segunda bifurcación, sigue recto.

Al principio del recorrido, el Cerro Tute está siempre frente a usted. Hacia el final de la caminata, el sendero serpentea por la ladera de la montaña hacia la izquierda y en la bifurcación 3 hay que girar a la derecha. Aquí ya se le ofrece un panorama impresionante, que por sí solo merecía todo el esfuerzo. También podrá ver claramente los tres picos del Cerro Tute a partir de aquí. Viniendo de Santa Fé, sólo se adivinan durante los primeros metros. ¡Sigue subiendo!

La última parte del recorrido exigió nuestras últimas reservas de fuerzas, ya que cuanto más alto subíamos, menos descansos necesitábamos. En la cima nos espera una pequeña selva que hay que atravesar y luego conquistar la roca pedregosa. Finalmente llegamos a la cima, exhaustos pero felices, y disfrutamos de las vistas. Por desgracia, el tiempo cambió inesperadamente y el viento azotó sin piedad las gotas de lluvia en nuestras caras. Debido al tiempo, tampoco fue posible lanzar mi dron, así que tuvimos que conformarnos con las fotos del móvil, nuestra cámara había renunciado al fantasma en Costa Rica. A pesar de todas las adversidades, lo pasamos muy bien en la cumbre, donde apareció un arco iris, ¡como en casi todos los picos que habíamos conquistado en Panamá! 

En principio, también se podría ascender a los otros dos picos del Cerro Tute. Nosotros estábamos en el más trasero de los tres. Para ello, debíamos atravesar los pequeños bosques primigenios que se han formado entre los macizos de piedra y luego escalar las rocas. Debido al tiempo y al agotamiento que ya nos invadía, lo dejamos así y nos pusimos a descender. Fue casi tan agotador como el camino de ida y Lui estaba literalmente al límite poco antes de la meta.

Mujer agotada apoyada en un bastón en medio de la selva tropical.

Felices y noqueados, llegamos de nuevo a las puertas de la ciudad. Eran justo las 12 del mediodía. Nos fortificamos con una abundante y merecida comida y luego nos maravillamos con un desfile en el pueblo. La subida al Cerro Tute es para nosotros uno de los momentos culminantes de Panamá, a pesar del esfuerzo o tal vez por él, y aún nos quedaba todo el día para otras aventuras. ¿Qué tal refrescarse en el Río Bermejo?

PD: Afortunadamente, sólo necesitábamos el bastón como ayuda para caminar, o como apoyo, como se puede ver en la última foto.




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