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En nuestro camino desde Bajo Boquete al paraíso costero de Santa Catalina, hicimos una breve parada en el cañón natural Los Cangilones de Gualaca. Este destino se encontraba exactamente en nuestra ruta, por lo que no tuvimos que pensárnoslo dos veces. Con nuestro coche de alquiler, el trayecto hasta la piscina natural nos llevó tres cuartos de hora. La quebrada está cerca del pueblo de Gualaca y se puede aparcar justo al lado del río. Así que nada se interpone en el camino para saltar al agua.
El cañón es un lugar ideal para disfrutar de la vida. El cañón en sí tiene unos 3 metros de ancho y 4 metros de profundidad y es ideal para saltar por los acantilados, nadar o relajarse. Debido a su fácil acceso, la impresionante formación es naturalmente un lugar popular en los calurosos días de verano, tanto para los lugareños como para los turistas. Sin embargo, como llegamos al cañón por la mañana, pudimos disfrutarlo casi solos.
El desfiladero, de unos 40 metros de largo, es ideal para bañarse. Todo lo que hay que hacer es descender por las rocas hasta el agua. Luego saltar el último metro al agua fresca y dejarse llevar por la corriente a través del cañón pedregoso. Cuando el cañón vuelva a abrirse, podrá salir del río por el lado derecho y empezar de nuevo. Los más valientes también tienen la posibilidad de saltar desde la plataforma rocosa directamente al azul profundo. Pero aquí, como siempre, se recomienda precaución. Lo mejor es preguntar a los gurús locales, ¡ellos le mostrarán exactamente dónde es posible saltar! Después de un relajante descanso, continuamos hacia Santa Catalina, ¡el mar no podía esperarnos más!