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Cuando uno oye Indonesia, piensa inmediatamente en Bali, en ciudades de moda, playas llenas de surfistas y fiestas desenfrenadas. Pero Bali también tiene algo más que ofrecer que turismo de fiesta y enormes complejos hoteleros en las playas. Estos son exactamente los lugares que queríamos buscar y, por supuesto, encontrar en nuestro viaje. Así que nuestro camino nos llevó primero por Java, para luego tomar el ferry a la isla de los dioses. ¡Si quiere saber más sobre la travesía y los horarios del ferry, lea nuestro blog Transfer Indonesia!
Aquí en Bali, queríamos bajar un poco el ritmo y relajarnos un poco, porque nuestro viaje por Java fue todo un reto. Tras 45 minutos en barco
de Java a Bali, llegamos al puerto de Gilimanuk. Aquí cogimos un chófer privado, ya que no nos apetecían largos viajes en autobús después de nuestra excursión matutina al
macizo de Ijen. Así, tras otra hora de viaje, llegamos al alojamiento que habíamos reservado. Lo
habíamos elegido porque el propietario era un expatriado alemán y los bungalows también estaban muy bien repartidos por la playa.
Pero antes de que pudiéramos instalarnos en nuestro bungalow, el taxista nos preguntó si podía hacerse una foto con nosotros. Por supuesto. Luego respiramos hondo y disfrutamos de un refresco de cola como bienvenida. Los últimos días nos habían dejado huella y estábamos deseando pasar un rato relajado en la playa. Charlamos con el amable propietario antes de instalarnos en nuestro bungalow. Básicamente, queríamos hacer snorkel, ya que la zona es perfecta para ello. Sin embargo, decidimos pasar el día de ocio junto al mar, ya que sabíamos que en Nusa Penida haríamos snorkel con mantarrayas.
Disfrutamos del día de playa; sólo tuvimos que cruzar el jardín del complejo y ya estábamos de pie en la arena negra, a pocos metros del agua. La primera vez que lo intentamos, caminamos descalzos. Sin embargo, la arena estaba tan caliente que no podíamos dar ni dos pasos sobre ella. Con los zapatos puestos, nos acomodamos en el suelo caliente y nos refrescamos en el mar en calma.
Por la noche, nos sorprendieron con un increíble menú de 3 platos. El chef de la casa crea cada día un nuevo menú para los huéspedes. Los ingredientes son frescos del mercado, así que cada día hay pescado, curry u otra especialidad indonesia, según lo que ofrezca el mercado. De postre, plátanos fritos, así que volvimos a nuestro bungalow con el estómago lleno y terminamos la velada con unas cervezas. Te recomendamos este pequeño lugar, así que ¡visita Bali Oasis Resort!
Pemuteran era sólo una escala para nosotros, pero vaya escala. Tranquilas y desiertas playas de arena bordeadas de plamen, un magnífico mundo submarino y comida hasta caer rendidos. Tras una noche de descanso, continuamos con un chófer privado hasta Ubud, la ciudad de moda en el corazón de Bali.