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Después de la caminata más dura de nuestro viaje al Cerro Tute,
queríamos terminar el día con un relajante refresco. Tras una breve siesta en la piscina del albergue, fuimos en coche hasta un río cercano. En teoría, también podíamos recorrer la distancia a
pie, pero a los dos nos faltaban las fuerzas y la motivación para hacerlo. Así que tuvimos que usar el coche, lo que luego resultó ser una ventaja. Después de refrescarnos en el río, empezó a
llover a cántaros, así que pudimos refugiarnos en el coche.
En la parte alta de Santa Fé, la oferta de lugares para nadar es sorprendentemente amplia. El Río Santa María pasa por delante de la ciudad y hay innumerables posibilidades de bañarse en él y sus afluentes. Nosotros elegimos un pequeño afluente llamado Río Bermejo, a las afueras de la ciudad, y no nos decepcionó.
En el centro del pueblo, viniendo del sur, gire a la derecha después de la Iglesia de Santa Fé. Pase el albergue Rainforest Yasim y la posada Coffee Mountain y después de unos 2 kilómetros llegará a un puente, que deberá cruzar. Directamente en el lado izquierdo de la carretera después del puente se encuentra una pequeña bahía de estacionamiento donde se puede aparcar el coche con seguridad. A continuación, sólo tiene que cruzar la carretera y caminar por delante del River Tubing Santa Fé hasta el río. Está a unos 5 minutos en coche del centro de la ciudad.
Comparada con las demás actividades de nuestros viajes, ésta es sin duda una de las aventuras más pequeñas. Sin embargo, ese día fue ideal para nosotros.
Encontramos paz y tranquilidad a orillas del estrecho y poco profundo río para relajarnos y refrescarnos. ¿Y no son las pequeñas experiencias las que hacen que lo grande sea especial? Además,
teníamos que reponer fuerzas, ¡porque al día siguiente teníamos que ir de excursión a las Cascadas del Alto de Piedra!